La sonrisa ladeada de un nene escondía en realidad un cáncer terminal
Una tomografía reveló que tiene un tumor cerebral terminal, por lo que estiman que le quedan de seis meses a un año de vida. Esta es la historia que recorre el mundo.
Hace apenas unos meses, Jack, de tres años, empezó a cambiar la sonrisa. Sus papás observaron que estaba un poco ladeada, pero creyeron que el chico solo estaba imitando algo que había visto y no se preocuparon. Sin embargo, en solo cuatro semanas notaron que también tenía problemas en la vista y pesadillas.
Preocupados, lo llevaron al médico para saber qué le sucedía. Luego de hacerle una tomografía, recibieron el diagnóstico: Jack tiene un tumor cerebral terminal. Los médicos le explicaron que sufre un tipo de cáncer infantil muy agresivo, que crece rápidamente y afecta a la región del cerebro responsable de funciones básicas del organismo como el sueño, la respiración y la presión arterial.
Los doctores les explicaron que no hay nada para hacer y estimaron que al pequeño le quedan entre seis meses y un año de vida, de acuerdo a la forma en la que responda al tratamiento. “Estamos destrozados. Fue la noticia más terrible que recibimos en nuestras vidas. No puedo ni siquiera considerar que, en algún momento, no estará más con nosotros”, confesó su papá, Wesley Lacey, al diario Daily Mail.
“Lo más extraño es que los síntomas aparecieron en las últimas cuatro semanas pero nos dijeron que el tumor está allí desde hace muchos meses”, detalló el hombre. Para intentar detener el crecimiento del tumor, le aplicaron radioterapia y quimioterapia, al tiempo que le colocaron un dispositivo para tratarlo. Asimismo, le administran una fuerte medicación que –según aseguran sus papás– está cambiando su personalidad.
Esta familia de Sheffield (Inglaterra) decidió pasar todo el tiempo que pueda con su hijo. Por el momento vive en su casa, junto a su hermanita de dos años. Asimismo, están juntando fondos para poder cumplirle todos sus deseos, entre ellos llevarlo de viaje y hacerle regalos. “También queremos que vaya al cine por primera vez y comprarle un perro. Él ya eligió su nombre: se llamará Waffle”, agregó el hombre.
“Nuestro pequeño se merece disfrutar todo lo que pueda y por eso tenemos muchos planes”, aseguró. “Nunca para de hablar y bromear. Sabemos que será así hasta que esté muy enfermo. No podemos describir todo lo que lo extrañaremos”, completó.